No para de llover, llevamos así muchos días. Alcanzamos un alto por encima de los 3.800 metros. Hemos dejado atrás las selvas y entramos en el páramo andino. Como los anteriores, el día está gris y triste. Por fin, chapoteando en el barro, llegamos a la “Hacienda la Primavera”.
Carretera por delante, charlas, risas, paisajes que pasan, un pueblo con olor a humo de leña, siete grados bajo cero, cielo azul, esfuerzo, una cima, más risas, unas cervezas, una comida, unos amigos..., la montaña.
En una bonita tarde de domingo como esta, con sus lluvias y sus vientos, uno también se acuerda de otros mundos, de otros momentos.
Mucha gente seguro que conoce el "Caminito del Rey", de nefasta gestión por cierto, pero probablemente poca gente sabrá que por encima de esas paredes de vértigo se alza una gran montaña.
Vuelvo con otra entrega de mis "Cuadernos de Viaje". Este año, coincidiendo con un viaje organizado por ALVENTUS &AÑOSLUZ, hice algunos "garabatos" en mi inseparable cuaderno. Y..., ya no os cuento más pues salgo corriendo... VOY A VOTAR!! Buenas tardes.