Aquella mañana lucía un precioso sol de invierno, tibio, pero suficientemente reconfortante para animarnos a caminar por las montañas cercanas a Sibiú.
Seguíamos las huellas de Julian Panescu, Guía de montaña de ALVENTUS&AÑOSLUZ en Rumanía y nos abríamos camino por redondeadas laderas. Algunas cabañas de madera coronaban las cimas, en donde en primavera y verano crecen frescos pastos. Después de varios días de grandes nevadas los paisanos habían salido de su letargo y la actividad despertaba estas dormidas granjas. Los pastores movían sus rebaños a otras cabañas o bajaban al fondo de los valles en busca de comida para sus ovejas. En una de ellas encontramos a Constantin Balan y a su hermano mayor. Constantin luce unas grandes pieles sin curtir como forma de abrigo. Amablemente accede a que le haga unas fotografías. Constantin nos cuenta que pasa los inviernos en Rumanía y algunos veranos en España, conduciendo un camión. Al poco nos despedimos de Constantin y de su hermano. En unas casas más abajo unos pastores amigos de Julián nos esperan. Han preparado la tradicional comida de montaña: polenta con queso, carne a la brasa y vino caliente. Era el último día de 2016 y fue una buena forma de terminar el año. Hoy, en los comienzos del Solsticio de verano, seis meses después de aquello, me he acordado de Constantin. Quizás esté lejos de sus montañas, conduciendo un pesado camión por las carreteras de la estepa castellana, rodeado de moscas y melones.
Montañas cercanas a Sibiú. Rumanía. Diciembre 2016.
Jerez, Junio 2017.
© Faustino Rodríguez Quintanilla, textos y fotos
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