“E buona a frutinha pa refrescar ao calor”, me comentaba un abuelo en la estación de autobuses de Itaiaia. Habíamos estado varios días de caminatas bajo el fragor del Parque Nacional de Bocaina, en la Mata Atlántica, la última selva costera del Atlántico brasileño. Ahora nos esperaba Río, la “Ciudad Maravillosa” como dicen los cariocas.
Marruecos se lleva seguro el "record" de mis cuadernos de viaje. Han sido innumerables las expediciones y viajes por todo el país durante todos estos años. Hoy os traigo uno de ellos.