EN EL MONTE OLIMPO.
"Olympos", "el luminoso", es la montaña más alta de Grecia con 2.919 m. y la segunda del macizo de los Balcanes, cadena a la que pertenece.
Por el sur, está situado tan sólo a 18 km del nivel del mar, por lo que la montaña se levanta como una gran muralla de casi 3000 m de desnivel absoluto. Por su situación geográfica la montaña alberga un paisaje muy variado ya que está influenciada por los climas mediterráneo y continental. Bosques de hayas, abetos, pinos negros.. y un gran desierto de esbeltas rocas calizas que en invierno se llenan de nieve. Hace unos días tuve ocasión de ascender una de sus cimas, la punta Skolio, de 2905 m. Partí de las fuentes de Prionia, situadas a 1.000 m.s.n.m. y por la famosa senda E-4 me interné en el bosque umbroso. Un camino asciende en continuo zig zag hasta llegar al refugio Spilios Agapitos, a 2.100 m. La tarde caía plácida y los últimos rayos del sol poniente acrecentaban las aristas de poderosa roca gris plata. Una buena cerveza "Alfa" me refrescó el gaznate y un arroz con carne me supo a gloria sentado en la terraza, mientras dos mil metros más abajo veía encenderse las luces de Litohoro, al nivel del mar. Al día siguiente y antes de la salida del sol me puse de nuevo en marcha, fui dejando atrás el reino del bosque y comencé a adentrarme en los territorios desnudos de la caliza. Una suave brisa y alegres nubes ascendían del mar cuando llegué a la cima de la "Morada de los Dioses". No vi a esos extraordinarios seres que la mitología griega situaban en sus cimas, Zeus, Poseidón, Hermés, Atenea... No estaban, pero me los imaginaba danzando por allí, no hay mejor lugar para un retiro de dioses.
Monte Olimpo. Grecia. Agosto 2018.
©Texto y fotos: Faustino Rodríguez Quintanilla.
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