Apenas lo conocimos unos minutos. Lo recogimos mientras hacía autostop en el cruce de Glacier Point. Nuestro breve compañero de ruta era un cordobés escalador. Llevo diez años yendo y viniendo a Yosemite, nos dice, esto es el paraíso y el sueño de un escalador.
Me paso meses en el Campo 4. “El cordobés” tiene barba incipiente y pelo largo rizado, lleva una cerveza en la mano y su figura responde al perfil de los míticos escaladores que pusieron de moda Yosemite en los años 80 revolucionando el concepto de la escalada, con una estética hippie y libertaria. Aquéllos años en los que escaladores como Jim Bridwell se pasaban la vida en ese mítico Campo 4 combinando las arriesgadas escaladas con buenas raciones de alcohol, cannabis, sexo y rock and roll.
Yosemite es una de las maravillas de la Tierra y fue el primer parque nacional creado en los EEUU, producto de la pasión y el amor a la naturaleza de pioneros como John Muir, que se dejó la piel en su defensa. Además del mundo salvaje que preserva, el Parque es único por su geología, un verdadero espectáculo de rocas de granito que se elevan cientos de metros hacia el cielo. Yosemite es algo que hay que ver. Nosotros hicimos una pequeña parte del mítico “John Muir Trail” y alucinamos con las cascadas, extensos bosques y paredones de vértigo. Nuestro breve amigo “el cordobés” se ha quedado colgado con Yosemite y no nos extraña. Poco antes de dejarle nos dijo; - acabo de bajar de escalar “El Capitán”, me he pasado cuatro días en la pared, estoy algo cansado.
© Faustino Rodríguez Quintanilla, texto y fotos*.
Con Giulia Quintanilla.
Yosemite, mayo de 2016.
*Foto de los escaladores: Jim Bridwell con dos compañeros de la época, comienzos años 80. Archivo.
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