Hace varios meses, mi sobrina Julia, mi hija Violeta y yo mismo participamos en una loca aventura: recorrer gran parte del sur de la India a bordo de un tuk-tuk, el clásico "Rickshaw" indio, pilotando nosotros mismo.
Nuestro equipo KARACOL TEAM parte mañana para la India.
Estábamos finalizando un periplo que comportó muchos días caminando, los colores y luces cálidas de un otoño que se avecinaba cercano estaban llegando a estos confines del Himalaya. Esas luces, colores y olores producen beatitud en el viajero que realiza un gnaskor, como en el Tíbet se describen las peregrinaciones: “saberse superfluo, sin prisa y sin meta remunerada mientras se va de un sitio a otro”, en palabras de Peter Mathiessen; lo que algunos han llamado el “Zen del caminar”.