Sin Jack Kerouac, sin su “On The Road” y sin lo beat ni Bob Dylan sería Bob Dylan ni las road movies hubieran existido.
Esas imágenes de paisajes dilatados en su grandeza, de carreteras solitarias, de pueblos detenidos en el tiempo, de perdidos bares de carretera, de moteles abandonados, de gentes que te miran tras el cristal de una ventana…, estaban en mi mente la mañana en que abandonábamos San Francisco por una autopista con cinco carriles a cada lado. Las imágenes de esos road movies o de la novela de Kerouac rondaban mi cabeza. Tenía claro que sí encontraríamos esos paisajes grandiosos y una naturaleza desbordante pero no podía imaginar que aún pudiéramos descubrir una América vintage. Desde Yosemite emprendimos una ruta atravesando Sierra Nevada y High Sierra a través de altos pasos. Curiosos pueblos como Sonora y Angels Camps, en la Ruta del Oro. Jackson y los bosques de Eldorado National Forest, el paso Carson y la grandeza del lago Tahoe. El Parque Nacional Volcán Lassen y su altísima carretera llena de nieve.
Después proseguimos por zonas de grandes llanuras antes de llegar a Red Bloof, cerca de Sacramento. Todo está muy cuidado y se respira armonía en el ambiente. La gente ha sabido y querido conservar sus pueblos, sus antiguas tiendas, sus bares de carretera, las antiguas fachadas, una vieja gasolinera sigue ahí como siempre, con sus viejos surtidores…, aunque ahora en su interior venden ropa de diseño. La pasión por lo vintage y por conservar esos objetos que forman parte de su pequeña historia honra a estos americanos. De cuando en cuando parábamos en alguna tienda de antigüedades para curiosear un poco. Tanto mi sobrina Julia como yo somos amantes de todos los “cacharros antiguos”. La mirada y comentarios siempre amables de sus dueños, casi siempre gente mayor, se resumía en alguno de los carteles que colgaban: “Aquí puede encontrar… basuras o tesoros”, “Entre, mire, compre… o sólo hable”.
Después seguíamos nuestra ruta porque como escribía Kerouac en su On the Road: “Teníamos mucha carretera por delante. Pero no importaba, la carretera, era la vida”.
© Faustino Rodríguez Quintanilla, texto y fotos*.
California, Jerez, mayo 2016.
*La foto del libro es de banco de imágenes así como la de la película On The Road.
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