Habíamos dejado atrás la maravillosa carreterilla que discurre a través de la llamada “costa perdida”. Ahora, nuestra ruta se encaramaba dando mil revueltas a través de las solitarias montañas de King Range. Bosques, montañas y más bosques.
Tan sólo en contadas ocasiones nos encontrábamos con algún coche y en la medida que la tarde caía el bosque umbroso parecía engullirte con su fuerza y misterio. Teníamos que buscar un lugar para dormir y vimos en el mapa un pueblo cercano, Redwy. Nos vamos encontrando con jóvenes y no tan jóvenes con pelaje y estética “hippy”. El único local presentable para alojarse está completo. Vemos algún otro regentado por gente barbuda y melenuda, sin duda sonrientes, educados y amables pero administrando alojamientos que no conocen la “fregona” desde hace mucho tiempo. Paramos en un hostal y la única habitación disponible es un zulo sin ventanas. Los lugareños parecen felices y todos nos atienden con una sonrisa amplia. Julia, le pregunta a la dueña del hostal; –¿a qué se debe tanta profusión de gente con melena?. La señora sonríe y parece sorprendida con la pregunta. –Chica, le dice, ¡estás en el valle de los “Joints”!
Sin darnos cuenta, habíamos salido del bosque umbroso para entrar de lleno en el corazón de los cultivos de cannabis de California. En 1996, el Estado de California, aprobó el cultivo de la marihuana y su consumo para uso medicinal. El “Triángulo Esmeralda” que forman los Condados de Humboldt, Mendocino y Trinity dedican 31.000 ha. al cultivo de cannabis. En septiembre una legión de mochileros de medio mundo acude a la zona para trabajar en la recolecta de la preciada planta. Algunos se quedan allí colgados. Mucha gente acude también allí en busca de terapias alternativas. Y, al olor de todo, florecen numerosos comercios especializados, fiestas, exposiciones y cultura alternativa. Al día siguiente, en Gaberville conocimos a la venerable señora Teresa Mills, que regenta una tienda especializada en el mundo de la marihuana y en la promoción del Hemp, la semilla proveniente del cannabis que está causando furor. Del hemp se obtienen aceite, proteína, leche y harina. En Gaberville puedes pasar un buen rato observando la curiosa “fauna” local. Desde la entrañable señora Mills a los personajes del “Café Calico´s”, en donde en estos días expone un artista local pinturas y curiosos dibujos sin duda realizados al humazo de la mandanga verde. O aquél chico, sobrado de “Joints”, verdadera expresión de la sonrisa colgada. ¿Viajas en patinete?, le pregunté. Con una amplia carcajada, me contestó, –sí señor, es el vehículo perfecto.
California, siempre sorprendente, siempre en vanguardia.
© Faustino Rodríguez Quintanilla, texto y fotos.
Con Giulia Quintanilla.
Norte de California, mayo 2016.
Jerez, junio 2016.
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