Unos fantásticos días pasados en el "Reino de Laurino", el llamado por la leyenda "Rosengarten" o jardín de rocas.
Apenas lo conocimos unos minutos. Lo recogimos mientras hacía autostop en el cruce de Glacier Point. Nuestro breve compañero de ruta era un cordobés escalador. Llevo diez años yendo y viniendo a Yosemite, nos dice, esto es el paraíso y el sueño de un escalador.
Sales de tu ciudad, invadida por miles de motoristas (sólo constato), ruedas por las autopistas y llegas a Cañar, al margen..., en la Alpujarra retirada.
Carretera por delante, charlas, risas, paisajes que pasan, un pueblo con olor a humo de leña, siete grados bajo cero, cielo azul, esfuerzo, una cima, más risas, unas cervezas, una comida, unos amigos..., la montaña.
Mucha gente seguro que conoce el "Caminito del Rey", de nefasta gestión por cierto, pero probablemente poca gente sabrá que por encima de esas paredes de vértigo se alza una gran montaña.